top of page

Nuestra postal

  • Foto del escritor: Solimar Cedeño
    Solimar Cedeño
  • 10 abr 2020
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 19 sept

postales sobre una mesa

Hola, mi Lobo. Soy yo, tu Luna, la que te mira desde el cielo cada día y cada noche. Quiero mostrarte nuestra postal, una postal de amor que construí en mis pensamientos, que guardo en mi corazón y quiero compartir contigo.

Quizás sea lo único que nos quede en unos años, por eso te pido que la guardes en un lugar especial. Puede ser tu corazón…


Sé que estamos lejos y parece imposible que con tanta distancia podamos tener una postal juntos, donde somos uno solo. Pero también parecía imposible que la luna pudiera enamorarse de ese lobo que siempre la miraba a los lejos, ¿no? Y es que en todo este tiempo muchas cosas “imposibles” entre nosotros pasaron al plano de lo posible.


Cierra los ojos y respira; esta postal la podrás sentir, oler y tocar cuando me extrañes. Y si respiras aún más profundo y tratas de poner tu mente en calma, podrás escuchar cómo te canto al oído que eres “mi lobo favorito”. Esta postal guarda un millón de te amos para ti y un “aquí estoy aunque no puedas verme entre las nubes”, para que nunca olvides que te acompaño, incluso en los días más nublados.


En nuestra postal sales con mirada profunda, acompañada por esa cicatriz en la ceja que tienes desde mucho antes de haberte conocido. Tu mirada dice tanto que a veces puedo descifrarla. También tienes una sonrisa que me encanta y me contagia alegría. Yo también tengo una sonrisa enorme, esa que me has dicho que te gusta mucho. Mis ojos brillan y se vuelven cómplices de los tuyos. En nuestra postal somos muy felices y estamos juntos.


Cuando imaginé esta postal no sabía en qué fase ponerme para verme más bonita. Pero la verdad es que si me amas, debes hacerlo en cada una de mis fases, ¿no? Así como yo te amo en cualquiera de tus humores. Por eso aquí estoy en todas mis fases. Menguante, nueva, creciente y llena, siempre te pienso. Siempre te extraño. Siempre te amo.


Guarda esta postal, nuestra postal. Cuídala y atesórala, quizás algún día se vuelva realidad. Una realidad tan tangible que la distancia que nos separa entre el cielo y la tierra será como humo que se disipa. Cuando ese día llegue, nos fundiremos en un fuerte abrazo para nunca más soltarnos. Si es así, ¡qué afortunados seremos!, ¿no lo crees?

Entradas recientes

Ver todo

Comentarios


© 2025 Creado por Solimar Cedeño con Wix.com

bottom of page