¿Qué necesitas para emigrar?
- Solimar Cedeño
- 4 mar 2018
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 19 sept

Irte de tu país no es solo decir “me iré”. Debes pensar, sentir, decir y aceptar esa decisión desde lo más profundo de tu ser. Ser inmigrante no es fácil, ya muchos lo saben. Bien sea por experiencia propia, cercana o porque se lo imaginan en un ejercicio de empatía o juego de “me pongo en los zapatos de…”. Con la diáspora venezolana muchos nos hemos topado con las despedidas cara a cara y el dolor o la tristeza son inevitables.
Pero, ¿qué necesitas para emigrar? No les diré lo obvio como: tu pasaporte, tener tus papeles apostillados, conocer e investigar bien sobre el país al que deseas emigrar, llevar lo necesario en la maleta, etc.
Les diré desde mi experiencia todo lo que creo que necesitas internamente para convertirte en un extranjero.
Fuerza mental
El poder de la mente es increíble y ella puede ser tu principal saboteador. Es común pensar en los pros y contras de tu decisión. Dudar si irte, dudar si quedarte. Aparta las distracciones y sigue adelante.
Poder de decisión
Depende mucho de lo anterior. Recuerda que siempre eres TÚ quien decide qué y cómo vivir, y cuándo hacerlo. Tener una personalidad definida y dejarte guiar por lo que digas y pienses es la clave. Nadie puede decidir si emigrar o no por ti.
Enfoque
Establecer prioridades y tener claro un paso a paso de lo que quieres lograr te ayudará a mantenerte enfocado antes y durante tu proceso. Tal vez encontrarás cosas que te distraigan, caminos fáciles que te tienten o difíciles que te agobien. Nunca olvides tus objetivos y trabaja por ellos.
Paciencia
Para entender que todo tiene un tiempo. Quizás tu viaje no se dé en el tiempo o condiciones que querías, pero tienes que aceptar que todo fluye como tiene que fluir. De igual forma debes ser paciente cuando llegues a tu país de destino porque tal vez las cosas no te salgan exactamente como las tenías planeadas. Sigue trabajando en ocuparte y no en preocuparte. También necesitarás muchísima paciencia para oír las críticas de tus conocidos, amigos o incluso familiares que solo sabrán juzgar tu decisión y hablarán sin saber sobre ella. La empatía no es un don que muchos tienen, ante eso haz caso omiso, nadie conoce tu proceso mejor que tú.
Humildad
Muchas personas podrán decir que “reniegas de tu país” o que quieres ser la “tapa del frasco” por reunir unos dólares y criticar desde afuera porque no eres humilde. Pues no, señores. Creo que lo que más necesita un inmigrante es su humildad. Humildad para entender que eres “el extranjero”, “el venezolano”, “el veneco”, “el sudaca”, etc y tomarlo como parte del roce de culturas, como algo común en tu nueva vida sin que te afecte demasiado. Humildad para llevar tu título universitario apostillado en la maleta pero aceptar que posiblemente no puedas usarlo en meses o años porque te tocará trabajar de lo que venga para ganarte la vida. Humildad para aceptar que al llegar es muy probable que duermas en una colchoneta, en una habitación pequeña y no tengas las comodidades que solías tener en casa.
Trabajar el desapego
Es una de las cosas más difíciles de lograr pero no imposibles. Yo aún estoy en mi proceso y esto se trabaja desde que tomaste la decisión de emigrar. Extrañar será frecuente, sufrir por ello deberá convertirse en una opción que descartes cuando hayas decidido y aprendido a soltar. Esto te ayudará a seguir.
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